Hubo un año en que dejé el alcohol, el azúcar, los carbohidratos complejos, las frituras y los cigarros. Creo que nunca sufrí tanto como ese año.
Tengo una voluntad de oro. Alcancé a estar aproximadamente un año y medio sin acercarme a todos esos vicios.
Mis amigos dejaron de invitarme a salir porque sin copete era muy callada, otros dejaron de invitarme a comer porque era muy fome para comer (puras ensaladas), o porque como ya no fumaba y me molestaba el humo del cigarro, preferían ni acercarse.
Para qué hablar de mis amigas, que fueron las que más sufrieron con mi decisión.
Yo fui infeliz. Chúpenla, no pienso dejar de tomar de nuevo.
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