Estábamos todos muertos de frío alrededor de la parrilla, tratando de mantener una conversación interesante... pero llegó él a provocarme. No recuerdo ni su nombre, no me interesa, la verdad es que sólo recuerdo su cara de idiota.
- Háblame sucio?? por qué háblame sucio?? - preguntó en tono de sarcasmo.
Nos habíamos reunido ahí para asistir a una tocata amigable con la banda (háblame sucio). Fue transmitida por streaming a eso de las 12 AM, y resultó todo bien, todos amigos, todos simpáticos... but him.
Yo, que ebria me transformo, me molesté. No por la banda, sino por él. Quién le daba derecho a interrumpir mi conversación simpática con uno de los asistentes con una pregunta tan huevona.
Su cara, aún recuerdo su cara de "risa"... yo quería seguir hablando de lo que estábamos hablando con los demás. Antes de que llegara el idiota, yo estaba contando qué hacía, quién era y a quién le he ganado en esta vida... pero llegó él...
- Porque a quién no le gusta que le hablen sucio??? - respondí con cara de "ahora cállate, y ándate".
- A mí... -
- Uuuy... maricón... no, hasta a los maricones les gusta que les hablen sucio... hazte ver - respondí aún más enojada... quería que se quedara callado de una vez.
- A ver... dime algo sucio a ver si me gusta... jajajaja - me contestó desafiante.
Y una, que ebria se transforma:
- Chúpame la concha... chúpamela rico... - respondí sin pestañear.
- ... -
Todos se quedaron callados... agarré mi vaso y entré a la casa. Hacía frío... opté por un té.