Nota: la foto de Scarlett Johanson desnuda es sólo para atraer público, porque el sexo vende xDDDD y LA es a friendly town... jajajajaja no olviden comentaaaar :D
Tengo 21 años y hace 3 que vivo sola. Suelen preguntarme que de dónde soy, onda que de dónde vengo y para dónde voy, pero no tengo la más remota idea. De lo único que tengo certeza absoluta es que soy hija de mamá y papá... [sólo porque tenemos rasgos que nos hacen parecer familiares, ¡porque vaya a saber una si la cambiaron en la clínica por otro crío!]
En fin, ahora vivo sola, y la diferencia es notoria y confusa. Mi mundo suele caer en confusión... vivir en 14 casas distintas, estar en 9 colegios distintos, 4 ciudades, 3 composiciones de hogares distintas hasta los ventiún años no creo que deje a nadie "equilibrado espiritualmente".
Primero fue la separación, que como mencioné en post anterior, dejó el refrigerador sin carne roja, el control remoto bajo nuestro poder, y un comedor obsoleto. [desde que mis papás se separaron no usamos mucho el comedor, preferimos comer en la cama con bandeja]
Luego esto: vivir sola. Primero, obviamente deja obsoleta el comedor... pero también la escoba, la panera, los horarios de comida, el cloro, las servilletas, el pelador de papas (no se pelan papas, VIVA EL PURÉ INSTANTÁNEO), y por lo general toda comida que lleve más de 3 minutos de preparación.
Las "Sopas para uno" forman parte del menú diario, y para qué mencionar las famosos "pastas tres minutos", ¡Y eso! sólo si tienes ganas de cocinar, porque sino... te vai a comprar una pizza.
¿Sentarse a comer? ¿para qué? ¿para sentirse aún más sola? No señor, las vikingas solitarias comen solas y PARADAS, porque no hay tiempo para sentarse, y muchas veces sentarse implica empezar a pensar huevadas como lo mucho que extrañas a tu mamá, o peor: sobre cómo sería la vida si tus padres nunca se hubiesen separado.
Y ni hablar de cuando eres una mantenida... porque ok, vivir sola porque te independizaste y dejaste de vivir bajo el cálido auspicio de tus padres es UNA COSA, pero OTRA muy distinta es seguir siendo una mantenida, y tener que vivir sola porque la universidad de esta ciudad es mejor que la de "allá" (de donde quiera que sean tus sostenedores). ¡¡Dios!! qué terrible es cuando tienes que estirar el billete y darte cuenta del verdadero valor de las cosas precisamente en el momento que te das cuenta que ya se acabó tu presupuesto mensual... sí, y así se expresa: se te acaban los fideos porque preferiste comprar cigarros, y ya no tienes atún porque preferiste ir a tomarte unas cervezas con tus compañeros... o como me pasa a mí ahora: bajé un kilo porque preferí comprar las entradas al Maquinaria Festival (imperdible, lo siento).
Y que me parta un rayo, eh?, porque estoy ni ahi, soy feliz como una lombriz, pero lo mamona no me lo quitan ni con Sapolio... sí, porque extraño a mamá, extraño meterme en su cama, extraño mirar la TV con ella, extraño pelear con ella, extraño que me abrace todos los días, y que me diga que me ama antes de dormir. ¿Y qué decir de papá? Extraño su olor, sus comidas (ahora que es diabético y casi no come carne roja, por supuesto), extraño sus "hija te amo", y sus consejos, y sus manos, sus abrazos... QUIERO A MIS PAPÁS!!!...
Ya, ya... sí, vivir sola es la raja... pero extrañar a mis papás también es válido, ¿o no? A que más de alguno de los que me está leyendo me está envidiando... jajaja... un consejo: disfruten el cálido auspicio de papás mientras puedan y deban. (otro: don't get pregnant)
BonusTrack:
Nací acá, en Santiago, pero sólo viví acá hasta los cinco años... y con suerte recuerdo algunas calles de Santiago, como Vicuña Mackenna o el pasaje donde quedaba mi casa. Viví los 6 años siguientes en Concepción, un año en Huasco y 6 años más en La Serena. Del único lugar del que no me enamoré en lo absoluto fue de Huasco por diversas razones, entre ellas, porque era más fome que chupar un clavo... lo que no me impidió, claro, que tuviese al menos una amiga.
En fin, ahora vivo sola, y la diferencia es notoria y confusa. Mi mundo suele caer en confusión... vivir en 14 casas distintas, estar en 9 colegios distintos, 4 ciudades, 3 composiciones de hogares distintas hasta los ventiún años no creo que deje a nadie "equilibrado espiritualmente".
Primero fue la separación, que como mencioné en post anterior, dejó el refrigerador sin carne roja, el control remoto bajo nuestro poder, y un comedor obsoleto. [desde que mis papás se separaron no usamos mucho el comedor, preferimos comer en la cama con bandeja]
Luego esto: vivir sola. Primero, obviamente deja obsoleta el comedor... pero también la escoba, la panera, los horarios de comida, el cloro, las servilletas, el pelador de papas (no se pelan papas, VIVA EL PURÉ INSTANTÁNEO), y por lo general toda comida que lleve más de 3 minutos de preparación.
Las "Sopas para uno" forman parte del menú diario, y para qué mencionar las famosos "pastas tres minutos", ¡Y eso! sólo si tienes ganas de cocinar, porque sino... te vai a comprar una pizza.
¿Sentarse a comer? ¿para qué? ¿para sentirse aún más sola? No señor, las vikingas solitarias comen solas y PARADAS, porque no hay tiempo para sentarse, y muchas veces sentarse implica empezar a pensar huevadas como lo mucho que extrañas a tu mamá, o peor: sobre cómo sería la vida si tus padres nunca se hubiesen separado.
Y ni hablar de cuando eres una mantenida... porque ok, vivir sola porque te independizaste y dejaste de vivir bajo el cálido auspicio de tus padres es UNA COSA, pero OTRA muy distinta es seguir siendo una mantenida, y tener que vivir sola porque la universidad de esta ciudad es mejor que la de "allá" (de donde quiera que sean tus sostenedores). ¡¡Dios!! qué terrible es cuando tienes que estirar el billete y darte cuenta del verdadero valor de las cosas precisamente en el momento que te das cuenta que ya se acabó tu presupuesto mensual... sí, y así se expresa: se te acaban los fideos porque preferiste comprar cigarros, y ya no tienes atún porque preferiste ir a tomarte unas cervezas con tus compañeros... o como me pasa a mí ahora: bajé un kilo porque preferí comprar las entradas al Maquinaria Festival (imperdible, lo siento).
Y que me parta un rayo, eh?, porque estoy ni ahi, soy feliz como una lombriz, pero lo mamona no me lo quitan ni con Sapolio... sí, porque extraño a mamá, extraño meterme en su cama, extraño mirar la TV con ella, extraño pelear con ella, extraño que me abrace todos los días, y que me diga que me ama antes de dormir. ¿Y qué decir de papá? Extraño su olor, sus comidas (ahora que es diabético y casi no come carne roja, por supuesto), extraño sus "hija te amo", y sus consejos, y sus manos, sus abrazos... QUIERO A MIS PAPÁS!!!...
Ya, ya... sí, vivir sola es la raja... pero extrañar a mis papás también es válido, ¿o no? A que más de alguno de los que me está leyendo me está envidiando... jajaja... un consejo: disfruten el cálido auspicio de papás mientras puedan y deban. (otro: don't get pregnant)
BonusTrack:
Nací acá, en Santiago, pero sólo viví acá hasta los cinco años... y con suerte recuerdo algunas calles de Santiago, como Vicuña Mackenna o el pasaje donde quedaba mi casa. Viví los 6 años siguientes en Concepción, un año en Huasco y 6 años más en La Serena. Del único lugar del que no me enamoré en lo absoluto fue de Huasco por diversas razones, entre ellas, porque era más fome que chupar un clavo... lo que no me impidió, claro, que tuviese al menos una amiga.