- Ale, contrólate que yo no te remolco esta vez...
- Ay, ya, si no me tendrás que remolcar, me puedo ir sola, no tengo problemas...
- Vale...
- Jajajajajaja
3 horas, 10 litros de cervez, 2 cajetillas de cigarros después...
- Ya wn, vamos...
- Y no que no me remolcabas tú, oye... jajajaja... déjame, me voy sola...
- No weona, porfiada, yo te llevo, córtala...
- No weón, si me puedo ir sola, ¿Cierto, Carola?...
- Ya... te pusiste weona...
- Mmmm... ok, una condición... préstame tu música, y me voy contigo...
- Toma...
- King Crimson, eh? jajajaja... vamos...
Esa noche me quedé dormida mientras caminaba. Llegué a mi pieza con los audífonos puestos, escuchando el In the Court of the Crimson King... desperté en la tarde del día siguiente, aún dándole vueltas al disco. Nunca había dormido tan bien... en estado de ebriedad, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario