Con mis amigas Clau y Gi teníamos un juego bien estúpido: como vivíamos lejos la una de la otra (una en La Serena, otra en Viña y yo en Santiago), cada vez que nos preguntábamos que cómo nos estaba yendo en la vida, nos mirábamos directamente a los ojos y nos decíamos: Estoy embarazada.
Las primeras veces "casi" caímos, las últimas veces sencillamente respondíamos: ya, y qué más??
Un día recibí un mensaje al inbox en Facebook de mi amiga Giselle. Un mensaje larguísimo para darme una verdad bien verdadera: estoy embarazada.
No sé por qué no me puse triste... supongo que ella no lo estaba y yo no tenía por qué estarlo. Me imaginaba a mi amiga con un bebé entre los brazos y me costó aún más que creerle la noticia.
Estas bromas pasaron a la historia. Ni yo ni Claudia tenemos ánimo de seguir diciéndolas. Aunque la situación de mi amiga Clau es bastante distinta a la mía, que estoy solterísima desde tiempos remotos, no como ella que ya va para los tres años de feliz pololeo.
En el fondo si la Clau se embaraza, al igual que mi amiga Gi, no sería tanto el escándalo mundial...
Este verano, de puro aburrida, inventé un embarazo entre mis ex compañeros... algunos creyeron, otros no... y quienes creyeron se sintieron terrible por "mi situación"... El rumor era que yo estaba embarazada pero no sabía de quién. JAJAJAJAJA ... sí, soy una enferma... de aburrida.
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