miércoles, 25 de mayo de 2011

You are so mean


Corría el año 2007 (LOL) cuando me tomé un año sabático... año en el que decidí dejar a Chucky plantao en el altar de sus sueños luego de que me dijera que estaba "pensando en cambiarme por una más amorosa"(en todo caso ni en volá e peyote me pololeaba a ese psycho killer), bajar de peso (por si me lo encontraba en la calle, que me viera regia el estúpido), en el que me enganché de un mal hombre que no reconoció nunca lo maricón que fue conmigo (saludos a ti, sé que me lees), en que tomé un pre universitario al que asistí a lo más 6 semanas... con cueva, y año en que viajé a Niu Ziiiilan por 3 meses, completamente sola.

El 2007 yo aún era niña. No había roto ni un plato, era demasiado cobarde emocionalmente, tenía un sobrepeso considerable, pasaba al menos 6 horas diarias en el gimnasio con mi amiga Giselle (quien también se tomó ese año para meditar la vida), y escribía en un par de páginas web sobre mi pendeja existencia. Tierna.


CON UN BRASILEÑO EN EL AVIÓN DIRECTO A WELLINGTON

Así que con dolor de colon y todo, tomé el avión a Nueva Zelanda (o Zelandia pa los hueones que creen que es lo uno o lo otro)... en el avión me senté al lado de un brasileño como de 3 metros de estatura, y al otro lado un coreano como de medio metro de estatura... jajaja.

Ya ni siquiera recordaba esta historia: el brasileño me pidió ayuda con los controles de la TV del avión, y me metió conversa (in english) un buen rato... que para dónde iba, a qué iba, qué edad tenía, qué linda y la hueá, jote jote el mino... yo me dejé jotear no más, shi!!! si no todos los días te jotea un brasileño estupeeeeeeeeeendo (era estupendo) de 3 metros. Pero ahí quedó la experiencia, en el avión. Ninguno de los dos pedimos contacto con el otro. Nos joteamos mutuamente y shao pescao, que te vaya bien en Sidney (él iba a Sidney).

WELCOME TO NZ

Me bajé del avión, leyendo los carteles de la gente que esperaba a otra gente. Ahí estaba mi nombre mal escrito: Alejandra Dias, qué tiernos. Fui a saludar al hombre, el encargado de los alumnos de habla hispana en el instituto, y cometí mi primer error: BESO EN LA MEJILLA... noooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! el weón quedó pal hoyo. Casi como si sintiera que abusó de mí. Lo vi en su rostro. La incomodidad se le notó a él y a la Emma que estaba también descolocada. Brígido.

Una vez llegada a la casa en que me alojé la primera semana, tuve que acostumbrarme a sacarme los zapatos en la entrada, cual oriental (el padre de la familia era Camboyano... de pendeja me reía cada vez que lo recordaba: entonces sus hijas son medias camboyanas!!! AAAAAJAJAJA... sí, aún me puedo reír de eso). Una niña de 12 que parecía de 18, otra de 16 embarazada de un payaso que la dejó botada (cosas que pasan hasta en las más camboyanas familias), y dos niños más chicos.

Todos lindos... y obesos!!!!: me hicieron comer waffles el primer día, con nutella, mermelada, mantequilla... y no prepararon porciones decentes. Habrán hecho por lo menos unos 50 Waffles, para toda la familia, incluyéndome a mí claro.

Cuando digo que eran obesos, I really mean it. El único que no era obeso era el papá, extrañamente. Como era oriental, era menudo y bajito, más bajito que Emma, la madre de familia.

De hecho, cuando lo conocí pensé que era otro estudiante viviendo en la casa. En realidad no tenía pinta de "padre de la casa"... y mucho menos pinta de Kiwi (neozelandés).


Continuará...

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