domingo, 29 de mayo de 2011

El Loco

- Pucha, Ikari... ¿cuándo dejará de salirte esta carta? - Me dijo la Feña.

Esta es la Ale. Esta carta me define.

Creo en pocas cosas, ni siquiera en el ser humano, pero creo en el universo y su energía. Siento mucho, siento más de lo que quisiera. No creo en Dios, creo en el equilibrio que la gente busca en afirmar que hay algo que nos puede guíar, cuidar o castigar... la gente necesita un padre (como yo también lo necesité).

Creo en lo que puedo creer, en lo que me entregan las cartas: algo visual, algo lleno de energía.

- Esta es La Ale, la que va al baño, la que duerme sola, se cepilla los dientes, se mira las espinillas en el espejo. Es la Ale que sólo tú conoces, una Ale a la que nadie más tiene acceso. Esta carta eres tú... y estás dividida, aunque no sabría explicarte cómo, ¿tienes alguna idea? - Me preguntó.

Dividida... puede ser, me dije. Es complicado para mí no dividirme entre lo privado y lo que quiero que vean los demás (virtudes públicas, vicios privados). Es probable que entregue una imagen de mí mucho más debilucha o mucho más fortachona de lo que realmente soy. Hay gente que me cree frágil, y otros que creen que soy un tablero para arrojar dardos.

Lo que es cierto: soy una resiliente consagrada.

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