Sueños de mierda

Me senté con él a conversar frente a frente.

- Si llegas a ser parte de esta familia, nunca te va a faltar con quien hablar, y tus problemas serán nuestros problemas. Haremos siempre lo posible por ayudarte a solucionar todo lo que te aqueje... en serio, te querremos como una más de nuestra familia... - Me decía mientras yo pensaba si acaso era eso lo que yo quería.

Pero sólo me disculpé y me levanté para ir a la habitación un rato a digerir la información. Me recosté y llegaste tú. Me tomaste afligido por la cintura y no me dijiste nada. Te quedaste ahí un rato, abrazándome. Cuando intenté salir nuevamente me tomaste por la cintura. Nos sentamos en el suelo mientras tú seguías aferrándote a mí, mientras yo te pedía que me soltaras.

- Déjame ir - te pedía.

- No, quédate... quédate... da lo mismo ahora, ya lo sabes todo, ahora sólo quédate - me implorabas sin mirarme a los ojos.

Vi tu rostro tan perturbadoramente claro, y ensombrecido por ese semblante melancólico que adoptas cuando quieres mucho algo pero no sabes qué... y entonces, te conformas con lo que tienes al frente. Algo muy extraño. Te quedé mirando. De hecho, tu tristeza me parecía tremendamente atractiva.

Me quedé un momento, atrapada entre tus brazos mientras tú intentabas consolarte con mi presencia. Olías mi cabello, pero tu mente parecía estar en otra parte.

Te miré con tristeza... sabía que eso era lo que quería. Es exactamente lo que andaba buscando, pero sabía también que era una pena por los dos.

Quería esa familia, quería el compromiso... pero también quería el desafío de algún día completarte y hacerte feliz... un juego que evidentemente perdería.

Y desperté.

Al día siguiente volví a verte en mis sueños... y fue aún peor.

Sencillamente mi presencia no te importaba. Ignorabas si yo estaba o no en la misma habitación... esta vez desperté rogando por favor no verte más en mis sueños. Le rogué a mi mente que recordara con fuerzas cómo controlar lo que uno sueña. Prefería el sueño miserable del día anterior... y ahora que lo pienso... mi mente me está pidiendo a gritos que por favor entre en razón.