Miré a mis tortugas... "Las Raffas" (Raffaello y Raffaella), y las traje a mi cama... caminaron por mis manos, pero como siempre, Raffaello se inquietó más que Raffaella.
Corría hacia el final de la cama... "Basta Raffaello, no puedes volar, lindo... las tortugas no vuelan". Me miró con sus ojos amarillos, y le cerré uno de mis ojos. Me miraba medio escondido en su caparazón... "Tan tontitas que son uds. las tortugas" y miró hacia otra parte.
Raffaella seguía durmiendo en la toalla. Sus patitas flacas me producen una ternura increíble.
Verdes, así son... como muchas cosas en mi casa... La Casa del Olvido... en que todos nos olvidan, y nosotras también nos olvidamos de TODO.
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