martes, 28 de septiembre de 2010

El día que fui al juicio.

Respirar el mismo aire que María del Pilar Pérez me dio un poco de náuseas... me pregunté todo el tiempo "cómo lo hace la gente para no perder el control por la rabia". Es una señora mala, se le siente desde el televisor, y yo tengo familiares desequilibradas mentales, pero nunca tanto como aquella mujer, lo cual agradezco, y hasta siento que mi tía más loca es un amor al lado de esa persona.

El médico que prestó declaraciones el día de ayer dijo que le había impresionado mucho el caso, puesto que antes de ir a ver a Diego le habían dicho que se trataba de un joven que había sido asaltado, pero que las heridas, tanto de bala como las cortopunzante, habían sido propinadas de tal manera que se notaba claramente que la intención era matarlo.

Yo me preguntaba, mientras iba en el metro (siempre suelo pensar cosas mientras hago otras nada que ver) ¿por qué si esa familia que ya la estaba pasando mal con "La Quintrala", merecía sufrir la pérdida de un buen hombre en esas circunstancias tan crueles?

Yo creo que la señora practica magia oscura, y al contrario del Subcomisario de la brigada de homicidio con el que hablé ayer, no creo que se trate de "una tontera". Tampoco creo que los hechos comprobables empíricamente siempre contengan la verdad, y eso se sabe. No es ignorancia, yo no los trato a uds. de ignorantes por usar un rosario, o tener crucifijos colgados arriba de sus camas... es fe.

Si hasta el médico cree en los milagros... yo no lo trato de tonto.

Por último, María del Pilar: pagarás tanto dolor, porque así es la vida... y olerás, sentirás y comerás las lágrimas que tanta gente ha derramado por tu culpa.

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