sábado, 20 de noviembre de 2010

N°7, como jack daniels

Hace unos pocos días traté de recuperarme, entonces me encerré en mi cuarto, apagué la luz, me puse los audífonos "supersónicos" de los que tanto se reía la gente, y me puse a bailar cuanta cosa se me antojó... hasta que me cansé lo suficiente como para dormir de seguido hasta las 6AM.

Fue extrañísimo hacer eso de nuevo, no lo hacía desde mi época escolar... y ahora fue distinto, porque no tenía miedo de que mi papá entrara por la puerta de repente, de la nada, y me pillara bailando con la luz apagada, sola, como una loca demente.

Entremedio me llamó mi mamá, y hablamos largo y tendido, sobre un altercado del que me enteré en la semana. La pobre estaba consternada, y yo desternillándome de la risa... linda la cosa. Le cuento cosas para que ría, y se preocupa... ay, madres.



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