miércoles, 17 de noviembre de 2010

Justicia divina

La justicia es distinta para todos, por eso es tan difícil que la gente sienta que se está haciendo justicia con ella. Todos tienen sus pensamientos sobre lo que se merece otra persona o uno mismo, según los méritos. Como que uno tiene un medidor mental de méritos: "le di una moneda a un mendigo, me merezco un helado", o "me iré al cielo por haberle prestado mis zapatos favoritos a mi hermana". Cosas así. Lo malo es cuando eso que consideramos justo no pasa nunca.

Yo les diré lo que es objetivamente justo right now... ok, son sólo algunos ejemplos pero igual valen:

To her:
- Encontrarte a tu ex con su nueva (gorda y fea) novia, mientras tú luces reluciente, más delgada y estupendamente feliz, con un trabajo por el que te pagan como si trabajaras en VOGUE.

To him:
- Encontrate a tu ex embarazada, con su nuevo pololo que más bien es un pelele sin mucha gracia, mientras tú te encuentras trabajando en un lugar con el sueldo de ingeniero en minas.

Eso, señores, es justicia aquí y en la quebrada del ají... pero queda siempre en manos del destino, o de una buena dieta. Sólo hay que tener voluntad.
Ahora, sin tocar nuevamente a ex novios.

To her:
- Haberte comido una barra de chocolate entera tú sola, y posteriormente un helado (ok, individual, no nos pongamos extremos) después de haber realizado una dieta de más de un año, y NO SENTIR NI UN ÁPICE DE CULPA!

To him:
- Comprar una moto luego de haber trabajado como burro durante cinco años, y que tu madre no se moleste.

¿Entienden que muchas veces la justicia queda en manos de nuestra mente y disposición? Por ejemplo, en el último ejemplo, hay que considerar que tu mamá no se enojará siempre y cuando le pagues un viaje, o un día en un SPA (como en las películas gringas o los libros de Marian Keyes).

Eso sexo.

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